sábado, 29 de diciembre de 2012

EL LIBERALISMO: EL MONSTRUO DEL LAGO NESS




El liberalismo económico es la doctrina económica que reclama la mínima intervención del Estado en la economía.

El liberalismo económico defiende la no intromisión del Estado en las relaciones mercantiles entre los ciudadanos (reduciendo los impuestos a su mínima expresión y eliminando cualquier regulación sobre comercio, producción, transacciones financieras, etcétera). El Estado se debería limitar a mantener el orden y hacer cumplir los contratos que las partes firmen libremente. Todo lo demás debería quedar sometido a las leyes de la economía. Cada individuo deberá trabajar y ahorrar para educar a sus hijos, para enfrentar enfermedades y accidentes, y para mantenerse en la vejez y la invalidez.

El pensamiento liberal clásico sostiene que el gobierno sólo debe encargarse de elaborar y hacer cumplir reyes que garanticen el respeto de la propiedad privada, la defensa de los derechos civiles y políticos que dependen de los recursos obtenidos por medios privados, el control de la seguridad interna y externa por medio de las fuerzas armadas en conjunto con la policía, y eventualmente la implantación de políticas que se considerasen indispensables para el funcionamiento de los mercados, ya que la presencia del Estado en la economía perturbaría su funcionamiento.


El capitalismo


El capitalismo es un sistema en el que los instrumentos de producción son propiedad privada, y se concentra en sólo una parte de la población denominada burguesía o capitalistas. Los asalariados o proletariado no poseen más que su capacidad para el trabajo, que alquilan a cambio de un salario.

Es un sistema que tiene como objetivo la búsqueda del máximo beneficio individual. Los propietarios de los medios de producción pretenden maximizar el beneficio obtenido y los asalariados persiguen un salario más alto.

Esto crea a su vez una sociedad de clases estratificada en relación con el éxito económico, con el capital acumulado.

El capitalismo puede ser descrito como un sistema económico de mercado libre.


Inconvenientes del liberalismo económico


El liberalismo económico sostiene muy fuertemente que la economía es un organismo vivo regido por tres leyes naturales:


1- Ley de iniciativa: es detectar una necesidad en la sociedad y, por afán de lucro, fabricar un producto o brindar un servicio que satisfaga la necesidad. Lo negativo de esta ley es que quien lo haga podrá ponerle un precio arbitrario.

2- Ley de competencia:es la iniciativa de que otros comiencen a competir fabricando lo mismo que quien haya tenido la iniciativa. Se genera la competencia calidad/precio. Lo positivo es que se nivelan los precios del producto o servicio. Lo negativo es el exceso de producción, el pacto ilegal de precios elevados entre empresas, la baja calidad de algunos productos y la bajada de salarios para competir en precio.

3- Ley de mercado: está compuesta por dos leyes, la ley de oferta y la ley de demanda. Si en el mercado hay más oferta que demanda, se genera un proceso en donde queda en el mercado el que tenga mejor relación calidad/precio.


Lo que no dice el Liberalismo es que no todas las personas partimos desde las mismas condiciones sociales y económicas. Esa desigualdad original se mantiene a la hora de tratar de hacernos con la mayor parte posible de los recursos que nos puedan procurar esa felicidad. Es evidente que el que tiene más recursos tiene más ventaja a la hora de competir que el que tiene menos. Así, los grupos más poderosos son los beneficiados de este sistema de libre competencia.


Los beneficiarios del neoliberalismo son una minoría de la población mundial. Para la vasta mayoría sólo produce más sufrimiento que antes: un sufrimiento sin los pequeños y difíciles logros de los últimos 60 años, un sufrimiento sin fin.

Según la teoría económica liberal si la actividad de una empresa afecta a otra, los afectados negociarán  llegando a una solución que perjudique lo menos posible a ambas partes. Pero, ¿qué pasa si el perjudicado es el medio ambiente? En ese caso, la negociación es imposible, ya que el medio ambiente no es un bien privado y los afectados son muchos (la negociación sería inviable).  Es aquí donde se necesita una firme y justa intervención del Estado, para que las empresas se hagan cargo de los costes ambientales de su producción.

Para más información sobre el tema consultar en ARCHIVOS ADJUNTOS el documento LiberalismoNo.odt.



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