No creo en los políticos que nos han engañado negando la crisis, y que han llenado de corruptos el país.
No creo en el partido que gobierna, que se
aprovecha de la crisis para acabar con el estado del bienestar,
siguiendo las órdenes de las grandes fortunas, y que ha sembrado de
corruptos el país.
No creo en los políticos que consideran que no son españoles, pero se presentan a las elecciones nacionales.
No creo en la derecha rancia y fascista, que nos impone su ideología.
No creo en la izquierda nacionalista que desune territorios y divide con la lengua.
No creo en los "progres de izquierdas", que aplican sus ideas para todos, menos para ellos.
No creo en los ciudadanos que se quejan a todas horas, que te dan grandes discursos de lo que habría que hacer, pero que tienen una lista interminable de excusas para no movilizarse y no tienen ningún problema en beneficiarse de los palos que reciben los que sí luchan .
No creo en los ciudadanos que echan la culpa a los políticos, a los ricos, pero que presumen orgullosos de no pagar el IVA al fontanero, de cobrar el paro y trabajar a la vez, de empadronar a sus hijos en casa del abuelo para matricular a sus hijos en el cole que no les toca, de llamar desde el teléfono del trabajo a todos sus conocidos...
No creo en los ciudadanos que se quejan a todas horas, que te dan grandes discursos de lo que habría que hacer, pero que tienen una lista interminable de excusas para no movilizarse y no tienen ningún problema en beneficiarse de los palos que reciben los que sí luchan .
No creo en los ciudadanos que echan la culpa a los políticos, a los ricos, pero que presumen orgullosos de no pagar el IVA al fontanero, de cobrar el paro y trabajar a la vez, de empadronar a sus hijos en casa del abuelo para matricular a sus hijos en el cole que no les toca, de llamar desde el teléfono del trabajo a todos sus conocidos...
No creo en la iglesia (ni en ninguna religión), nido de hipócritas, de poder y de manipulación.
No creo en un sistema educativo que
adormece y aborrega, que bombardea los cerebros con contenidos que
por un oído entran y por otro salen, que apenas estimula el
pensamiento crítico, el trabajo en equipo, el desarrollo emocional,
la creatividad...
No creo en un sistema sanitario al
servicio de las grandes farmacéuticas, que no destina la mayor parte
de su inversión a la prevención ni a la educación para la salud.
No creo en un “supuesto sistema
democrático” en el que reinan la financiación ilegal de partidos, el bipartidismo, en el que manda la
disciplina de partido, en el que no se dan explicaciones en el parlamento, en el que los políticos gobiernan a base de
decretazos y se saltan a la torera sus programas electorales. No
entiendo para que pagamos a tantos diputados si con la mayoría
absoluta y la disciplina de partido no harían falta más de 20.
No creo en los monarcas y familia, "representantes" de un país "democrático", a los que la sangre les otorga todo tipo de privilegios, entre ellos el poder estafar, ocultar, despilfarrar e intentar irse de rositas.
No creo en una justicia donde los jueces misóginos, los de la vieja escuela católica y los sobornables campan a sus anchas. No creo en una justicia que persigue al que osa abrir la boca y rebelarse, y besa los pies a los grandes ricos, a los que estafan.
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